TEMA 1: La enseñanza de lenguas en el presente modelo educativo, nacional y autonómico


¡Hola a todos! 


Hoy en día podríamos decir que las lenguas extranjeras han pasado a formar parte de nuestro día a día: las calles están llenas de academias de idiomas, los niños van cada vez más pronto clases particulares en las que practican el inglés, el francés, o incluso el chino, en las entrevistas de trabajo preguntan a menudo por nuestros conocimientos o certificados referidos a las lenguas… Pero, ¿ha sido siempre así? ¿Acaso a nuestros padres, o incluso a nuestros abuelos, se le ha inculcado desde pequeños la necesidad de aprender un nuevo idioma? ¿O es que este boom de las lenguas ha sido producto de la entrada (no tan reciente) al nuevo siglo?

            El tema 1 de la asignatura As linguas estranxeiras no contexto español e internacional, impartida por Carla Bouzada ha permitido profundizar en la enseñanza de lenguas en el presente modelo educativo y además ha contribuido a obtener una visión panorámica de ella. Si bien la evolución de los idiomas que han sido impartidos en la Administración educativa es algo que conocemos en mayor o en menor medida gracias a algún comentario hecho por nuestros progenitores, (enseñanza mayoritaria del francés hasta los años 50 y posterior introducción de la obligatoriedad del inglés), algo que seguramente todos obviemos es que ya en 1900, más concretamente en el prólogo de la Reforma del plan de estudios de la segunda enseñanza,  se hacía referencia a la imperiosa necesidad de imponer el estudio de las lenguas vivas. Quizás nosotros, que tanto oímos hablar de la globalización, que vamos a estudiar o a trabajar al extranjero creamos que hace más de 100 años sólo estudiaban o creían importante tener nociones básicas, pero nada más lejos de la realidad. Por aquel entonces, dicha reforma sí hacía hincapié en la lectura, la traducción o incluso en el éxito cierto del empleo del lenguaje durante el desarrollo de la clase por parte del profesor. Con el tiempo se incluyó el estudio de dos lenguas, que fueron cambiando debido a razones políticas, o económicas; cambió su obligatoriedad y su oferta… Pero si algo se mantuvo intacto fue el refuerzo de su dedicación a través de los años y la introducción de nuevos puntos de vista en cuanto a la finalidad del aprendizaje.

            A día de hoy, y desde hace casi 50 años, bien sabemos que las lenguas extranjeras son parte de la enseñanza obligatoria y que cada vez más, aunque parezca imposible, la innovación y las nuevas metodologías han contribuido a la modernización de su enseñanza. Pero, a pesar de todo ello, de los cambios que han supuesto la implantación de nuevas leyes, vemos que los estudiantes que terminan su formación obligatoria dicen no tener suficiente competencia en idiomas. La LOMCE, texto que modifica la LOE, y que se presenta como elemento para la mejora de la calidad educativa recoge la importancia del plurilingüismo, la necesidad de conseguir que los estudiantes se desenvuelvan con fluidez en al menos una primera lengua extranjera. Cierto es que el contexto que nos rodea ha cambiado enormemente y que la creación de la Unión Europea ha supuesto un mayor grado de movilidad entre los miembros de la comunidad, pero el modo en el que son tratadas las lenguas extranjeras por esta ley orgánica no dista de aquellas palabras que se escribieron seguramente con pluma sobre papel en 1900. Sí, a día de hoy tenemos una asignatura de lengua extranjera como materia troncal, se priorizan la expresión y comprensión oral mucho más que hace 100 años, existen secciones bilingües en las que las materias troncales se imparten en otra lengua… Pero de nada vale esto si no concretamos nuestros objetivos en materia educativa. Debemos emplear todos los recursos que estén en nuestras manos, echar mano de los profesionales de la materia y evaluar nuestro sistema actual, pues la inserción de un nuevo texto legal o la mejora de uno ya instaurado debería hacerse tras analizar las carencias y los puntos fuertes del sistema vigente, pues de nada sirve cambiar o modificar sin saber bien qué estamos haciendo bien y qué no.

Dicho esto, deberíamos considerar que la evolución de la enseñanza de las lenguas extranjeras en España es un camino pedregoso por el que todavía hemos empezado a caminar y por el que nos queda mucho que recorrer. Un camino que tenemos que seguir modificando y estudiando para que los que vengan detrás se beneficien de su modernización, sin olvidarnos de habrá quién pueda atravesarlo a la pata coja y otros de que otros necesiten de un soporte para cruzarlo de un lado a otro.

¡Y hasta aquí la entrada de hoy! Espero que os haya gustado y que me dejéis vuestro feedback en los comentarios. ¡Hasta la próxima!

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